viernes, 6 de agosto de 2010



Del blog crónica verde de César Javier-Palacios
El baobab es el árbol mágico de África. En El Principito, su autor, el francés Antoine de Saint-Exupéry, asegura que fue plantado al revés, con las raíces como copa. Según una vieja superstición, si una persona bebe agua en la que se han mojado semillas de baobab quedará protegido del ataque de los cocodrilos. Pero si osa arrancarle una flor morirá devorado por un león.

En la granja Sunland en Modjadjiskloof, a 350 km de Johanesburgo (Sudáfrica), hay un baobab gigante (Adansonia digitata) al que algunos le calculan 6.000 años de edad, considerándole de esta forma el ser vivo más viejo del planeta. Tiene una altura de 22 metros y hacen falta 40 hombres para poder abrazarlo, los mismos que caben cómodamente en su espectacular interior hueco.

Hacia 1989, el señor y la señora Van Heerden compraron la granja Sunland donde se encuentra el gigantesco árbol y decidieron hacer “algo original con él”. El DailyMail le dedicó hace tres años un gran reportaje bajo el titular ¿Te apetece una cerveza en el único bar del mundo que está dentro de un árbol?

Efectivamente. A sus propietarios no se les ocurrió otra tontería que abrir un bar en el interior del baobab. El árbol tiene incluso su propia bodega, con ventilación natural para mantener fría la cerveza. Y por supuesto un tablero de dardos. Cada año recibe más de 7.000 visitantes, ajenos al maltrato dispensado a esta auténtica reliquia viva.

El baobab está considerado en Sudáfrica símbolo de resistencia y tolerancia pero, qué queréis que os diga, esto de abrir una cantina dentro de un árbol venerable me parece una salvajada. Es el grave problema al que se enfrentan los árboles singulares de todo el mundo: la ignorancia. En lugar de cuidarlos como lo que son, ancianos tremendamente frágiles y únicos, nos dedicamos a maltratarlos de mil maneras.

¿Qué pasará cuando se muera-matemos este gran baobab? No habrá recambio posible. Sólo nos quedarán unas pocas fotos y algo de resaca de la última juerga cervecera organizada junto al árbol antes de que se los comiera a todos el león.