miércoles, 31 de agosto de 2011

REUNIÓN PREPARATORIA SALIDA POR LA MONTAÑA ALAVESA.

Para los y las interesadas en la salida por la zona de la montaña alavesa del último fin de semana de Setiembre (23 al 25) de momento no se ha reservado nada, no se llega a un número consesuado de personas necesarias para hacer la reserva.El martes 13 de Setiembre se convocará de nuevo a los participantes y entonces se realizarán todos los pasos necesarios para formalizar la reserva y el alojamiento en el albergue señalado. Las personas encargadas de planificar la excursión Juan Luis j.collazos@kzgunea.net  y Kepa watxiguay@live.com os aclararán las circustancias. Nos reencontramos el martes a partir de las 19.30 horas en el Centro de Distrito de Basurto. Son necesarias 12 personas (como mínimo para hacer la reserva, si no la excursión se viene abajo) animosas y voluntarias con ganas de disfrutar del entorno y la compañia de un guia inigualable.Cuesta 56 euros dos medias pensiones, hay que llevar la comida del sábado y domingo, saco de dormir o en su defecto sábanas para pernoctar. Los txirpialeros interesados en la misma acudir el martera la reunión con el dinero en efectivo para realizar el adelanto de la fianza de la reserva.

viernes, 26 de agosto de 2011

EL BOSQUE




Entro en el bosque

es como un cuento.

Me vuelvo niño.

¡Tengo

tanto miedo!

Entro en el bosque y oigo

los pasos furtivos

y el temblor secreto.

Oigo

el silencio.

Entro en el bosque. Veo

los animales

reales e irreales,

mágicos,

salvajes.

Entro en el bosque solo.

¡Tan solo estoy de pronto!

Entro

y todo es acechanza

en torno.

Algo recuerdo.

¿Qué es la alegría

sino el miedo

aún no nombrado?

¡Cuánto deseo!

Entro en el bosque

Sí, tengo miedo.

Pero algo espero

del horror milenario

de este misterio.

GABRIEL CELAYA (1911-1991)

martes, 16 de agosto de 2011

ENCINAR Y HAYEDO: LOS BOSQUES OCULTOS.

"Al borde del encinar,
pastor de manta y silencio
lleva aun en la mirada
la huella oscura del sueño"

 La Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga ocupa una superficie de 33.4442 ha.. Se trata de un terreno montañoso intracontinental sin ninguna influencia del clima marítimo debido a la Cordillera Cantábrica, que interviene como barrera natural. Presenta un clima de montaña con algunas influencias del clima mediterráneo, debido al hecho de enclavarse en la zona límite de 2 grandes regiones; la Eurosiberiana y la Mediterránea.
La Encina (Querqus rotundifolia) aparece en el Alto Bernesga con carácter reliquial, situada sobre sustratos rocosos calizos. En estos terrenos la encina sobrevive gracias a sus fuertes y penetrantes raíces, además de a su capacidad de transformación en arbusto.
Los encinares situados en la zona cantábrica suelen asentarse siempre sobre sustratos calizos, y a que aprovechan las condiciones térmicas de la caliza, capaz de absorber gran cantidad de calor del sol, para obtener el grado de temperatura necesario para su crecimiento. Aún así, la existencia de periodos de helada durante toda la primavera afecta a las flores, impidiendo la formación de bellotas. La Encina es un árbol que puede llegar a los 20 metros del altura, con una copa densa y abombada y un tronco grueso ramificado a poca altura del suelo,. Florece en los meses de abril y mayo y disemina los frutos, las bellotas, en los meses de octubre y noviembre

Las antiguas explotaciones mineras cirundaban el paisaje, obligando a elegir a sus habitantes entre desarrollo económico y desarrollo sostenible.Poco a poco este último se ha ido imponiendo, restituyendo el paisaje original como lo conocieron sus antepasados. 
Las encinas, a pesar de crecer entre la roca y contar con poco suelo donde enraizar, tienen buen porte. La importancia de la orientación y de la naturaleza del suelo se demuestra observando la ladera situada enfrente del encinar, la ladera de umbría, donde la vegetación es mucho más densa y está compuesta principalmente por robles.
Desde la carretera nacional, a la altura del pueblo de Huergas de Gordón parte hacia la derecha la carretera que termina en el pueblo de Llombera. El encinar se localiza en la ladera sur, la ladera de solana, del valle que lleva hasta Llombera.
Se extiende a lo largo de unos cuatro kilómetros, en la ladera ocupa una franja de unos 500 metros de anchura. Convirtiéndole en el más grande de Castilla y León.
En este caso se trata de formaciones casi arbustivas en las que los árboles no alcanzan un gran tamaño. Domina la encina, pudiendo aparecer roble melojo (Quercus pyrenaica) o quejigo (Quercus faginea) y enebros (Juniperus communis).
Como plantas acompañantes aparecen Lithodora diffusa, Teucrium camedris, Saponia ocymoides, Rubia peregrina, Helleborus viridis.
Las especies fúngica asociadas a los encinares necesitan para su desarrollo abundantes lluvias durante el otoño. Entre los hongos que se pueden hallar en estos bosques se encuentran especies de Amanita, Boletus, Cantharellus, Terfezia, Tuber
  No existe ninguna especie de porte arbóreo acompañando a la encina, no hay ninguna que soporte estas condiciones. Existen arbustos espinosos, que están mejor adaptados, como rosales, espinos albares, agracejos y plantas igualmente resistentes como el tomillo
 
Las condiciones ecológicas de estos encinares son muy parecidas a las de los encinares de zonas mediterráneas, lo que se refleja tanto en la vegetación como en la fauna asociada a ello. Basten estas dos instantanéas como muestra. El revoloteo de esta inquieta ave insectivora al verse invadida su intimidad hogareña.
Para culminar con un posado o robado desafiante digno de cualquier personaje conocido del mundo
de la farándula o del denominado "papel couché".



Nada que ver con el silencio espeluznante y sobre cogedor que se respiraba en este entorno, aromatizado por el gratificante olor del tomillo rastrero que inunda las laderas y campos en estas altitudes.
 
Además del encinar aparecen en Llombera otros dos hábitats de interés, como los cortados o paredones calizos, donde la vegetación tiene que sobrevivir soportando una extrema sequedad, y los canchales donde necesitan adaptarse al movimiento del sustrato y la escasez de suelo.

Por ello las encinas deben crecer ancladas con las raíces en las grietas




 Cambiamos de escenario dentro de la propia Reserva del Alto Bernesga. Comenzamos un ligero ascenso en la localidad de Carbonera . Es el com,ienzo de la antigua ruta de la trashumancia ganadera para llevar a los pastos de la montaña a las ovejas.
Por el viejo camino que nos conduce hasta la hoz del calero, lleno de riscos y piedras que cumplen una función: conservar el camino en buenas condiciones  en caso de avenidas torrenciales, por la angosta garganta que forman los afloramientos calizos.Coronado este punto nos topamos con este endrino que empieza a mostrar sus frutos maduros.
El entorno de esta localidad montañosa, es prácticamente el único lugar de Europa donde aparecen juntos hayedos y sabinares, resultando ésta una de las peculiaridades botánicas de las montañas cantábricas.

Las sabinas o xinebros, como son conocidos por estos lugares, conforman unos de los bosques mediterráneos más peculiares  y escasos de toda la Europa Occidental. Los sabinares cantábricos se encuentran en la zonas zonas más soleadas de la vertiente sur de la cordillera, beneficiándose del calor térmico y xérico que les proporciona la caliza, sobre la cual se asientan , sin apenas suelo en el que fijar sus raíces.
No viajamos sólos en este trayecto vespertino. Las huellas delatan a nuestros acompañantes por estos bosques de más de mil metros de altitud.
Por su parte, el hayedo al contrario que el sabinar tienen unos requerimientos de humedad bastante elevados, por lo que suele asentarse en las laderas de exposición norte. 
 Su suelo suele estarb lleno de hojarasca  que dificulta la germinación de otras plantas  como resultado de adaptaciones evolutivas frente a la competencia con otras especies arbóreas.
 Este pequeño rebrote de rebollo aspira a convertirse en un ejemplar adulto en el que en un futuro cercano puedan las arañas de diferentes  especies tejer tranquilas sus caracteristicas redes, mientras que elegantes mariposas vuelen por los alrededores en busca del preciado néctar de las flores.
El río Bernesga atraviesa la localidad siguiendo su curso desde su nacimiento en Pajares, acompañando paralelamente en su recorrido  el trayecto de la carretera nacional 630 y la lineá de ferrocarril León-Gijón. En sus aguas bravas y caudalosas para esta época, el viajero puede humedecer sus pies cansados después de tan largas travesías. 

jueves, 11 de agosto de 2011

ECOTURISMO ALTERNATIVO




El "hullero", el viejo tren de la Robla, el tren de los cuatreros como cantaba un grupo local, emprende su marcha desde la remozada estación de Feve, en pleno centro de León.Acoplado en un vagón con poca gente, el Trasgo, el duende del bosque toma notas del paisaje tradicional que cubre el trayecto hasta la localidad de Boñar. Las sebes inundan el paisaje convirtiéndolo en singular y característico de esta ribera del río Torío.
Tras casi hora y media de trayecto, recoge la bicicleta acomodada en un rincón del tren para desplazarse hasta la localidad de Valdecastillo punto de inicio de la ruta . Un paseo por el bosque de galeria que recorre la margen izquierdo del caudaloso río Porma sirve como preámbulo al increible paisaje que se puede contemplar desde su interior.
Situado en las estribaciones meridionales de la Sierra del Mampodre, el Bosque de Pardomino es una masa boscosa mixta de gran diversidad en la que aparecen robles, tanto el roble albar (Quercus petraea), como rebollos (Quercus pyrenaica), hayas (Fagus sylvatica), abedules (Betula pubescens ssp. celtibérica), fresnos (Fraxinus excelsior), acebos (Ilex aquifolium), Quercus robur, etc.
El bosque se asienta sobre ambas laderas del Barranco de Pardomino, en altitudes que alcanzan hasta los 1.500-1.600 m. sobre el nivel del mar, siendo notable la estratificación del arbolado en el mismo, aunque siempre en ambientes montanos de acusada influencia mediterránea.
En las zonas degradadas o como primeras etapas de sustitución, aparecen piornales, escobonales y brezales, pudiendo citarse como propias de las mismas Cytisus scoparius, Daboecia cantabrica, Erica aragonensis, etc. El bosque fue antaño coto de caza del Ayuntamiento de Boñar, dada la gran riqueza faunística que alberga. Fue explotado para la extracción de madera, existiendo una antigua ordenanza que regulaba su aprovechamiento. Estos hechos y la reciente demanda turística de que es objeto, dado su gran valor no sólo botánico, sino también paisajístico, han sido determinantes en la degradación de algunas de sus zonas, a pesar de lo cual sigue siendo una de las masas de mayor riqueza y valor ecológico de la zona.
En el monte Pardomino, los últimos veinte años han supuesto una  clara recuperación del bosque.Se observan repoblaciones o recuperación natural, zonas en que han sido más rápida o más lenta, pero la recuperación del bosque es indiscutible.
A pesar de los intentos por parte de la Adminstración competente de poner puertas al medio natural, son variados los distintos inquilinos que pululan en este paraje misterioso: el canto de las aves; el zumbido misterioso del insecto invisible; la fragancia de las flores ; el rumor del bosque; el verdor de la arboleda; las esculturales formas de los árboles; los rastros significativos de sus inquilinos y la despensa natural que les proporciona sustento se pueden contemplar en el video que acompaña este texto.

domingo, 7 de agosto de 2011

APRENDIENDO A MIRAR

Aprovechando la coyuntura del Año Internacional de los bosques, en  nuestro canal de video aparece un documental de hace unos años, pero muy vigente en nuestros tiempos, sobre nuestros bosques. Es muy aconsejable visualizarlo y asimilarlo para comprender los diferentes tipos de bosques que nos encontramos en nuestra geografía.

martes, 2 de agosto de 2011

DE BOSQUES Y HOMBRES

Para los más perezosos en la sección videos de nuestro blog teneis un interesante documental dirigido por Yann Artrhus-Bletrand y escrito por la fundación Good Planet e Isabelle Delannoy para conmemorar el Año Internacional de los bosques que nos ocupa y preocupa. Disfrutarlo.

SABINARES, TESTIGOS MUDOS EN EL TIEMPO

 FUIENTE: SINC por Adeline Marcos

La gran extensión de estos bosques centenarios en territorio español es la principal característica de los sabinares albares, que se encuentran sobre todo en las zonas más frías entre los 700 y 1.800 metros de altitud, aunque algunas poblaciones pueden localizarse a partir de los 140 metros.
“Las sabinas aprovechan las condiciones de intenso frío creadas por las frecuentes inversiones térmicas que se producen en los sectores sobre los que se instalan, y que les permite competir ventajosamente con especies más sensibles al frío como el pino carrasco (Pinus halepensis) y la sabina mora (Juniperus phoenicia subsp. phoenicia)”, señala a SINC Juan Carlos Guerra Velasco, investigador en el departamento de Geografía de la Universidad de Valladolid.

Pero su capacidad de sobrevivir a las bajas temperaturas invernales y a las sequías estivales actuales se debe a su herencia esteparia. “Muchas de estas masas forestales tienen un carácter relicto, y son indicadores de condiciones fitoclimáticas pasadas en las que esta conífera competiría favorablemente frente a otros taxones”, asegura Guerra Velasco.
Los bosques de sabina representan el testimonio de un paisaje vegetal de hace miles de años. Por esta razón, sus principales masas arbóreas se encuentran en zonas con un duro clima continental.

Sin embargo, a pesar de que ahora su estado de conservación es bueno, “hay excepciones”, recalca el científico. “La disminución de la carga ganadera que soportaban ha provocado que las masas de sabina albar se hayan reconstruido estructuralmente”, manifiesta.
La razón es simple. Las explotaciones de ganado doméstico en el pasado impedían la entrada a los sabinares de especies más competitivas y más “palatables”. Por ello, “hasta hace unos cincuenta años, los sabinares se habían mantenido en masas monoespecíficas controlados por la ganadería extensiva y limitados a áreas de baja productividad o a los espacios entre cultivos”, señala a SINC Lucía De Soto, investigadora postdoctoral en el Centro de Ecología Funcional de la Universidad de Coimbra (Portugal).
Pero en la actualidad, como el pastoreo tradicional se ha reducido de forma considerable, otras especies arbóreas han ido colonizando muchos de los sabinares, que “ahora ya no se componen únicamente de sabina albar, sino de varias especies arbóreas”, apunta a SINC Daniel Montesinos, también investigador postdoctoral en el Centro de Ecología Funcional de la Universidad de Coimbra (Portugal).

A esto se añade la existencia de muchos “bosques nuevos” que evolucionan hacia condiciones de madurez y estabilidad, aunque su germinación y lento crecimiento a veces lo impidan. El abandono de muchos pequeños cultivos ha permitido así “el establecimiento y expansión de la sabina en estos antiguos campos”, indica Montesinos.
Con este cambio en el uso del suelo, los científicos subrayan que los sabinares podrían incrementar su superficie pero en coexistencia con otras especies. “Mantenerlos como los conocemos en la actualidad supondría la recuperación de la ganadería extensiva”, explica el investigador postdoctoral.

Antiguamente, la madera de la sabina albar era utilizada para la construcción y para alimentar al ganado, sobre todo en las zonas demográficamente más deprimidas, como Albacete, Guadalajara, cuenca, Teruel, Soria, Segovia y Burgos. Pero este uso de la madera “provocó que se perdieran las sabinas de mayor tamaño y edad, y que la superficie y densidad de los sabinares resultara drásticamente reducida”, certifica De Soto.
Estas pérdidas se suman a la muy baja tasa de germinación y a un crecimiento muy lento, por lo que “no es una especie propicia para realizar grandes proyectos de reforestación”, recalca la investigadora. Esta es una de las razones por las que, en ocasiones, requieren de planes de gestión para su conservación y la regeneración de masas de sabinar envejecidas y defoliadas.
Además, el abandono de usos tradicionales y el aumento de las temperaturas ha facilitado también el crecimiento de especies especies de sotobosque competidoras que están afectando seriamente la supervivencia de algunos sabinares. Pero la remoción de este sotobosque por medios mecánicos (desbroce) está mejorando las sabinas tratadas, que están rápidamente recuperándose y están brotando nuevas hojas a gran velocidad”, anuncia Montesinos.
Para que los sabinares albares mantengan su estatus de relictos del pasado en el futuro sus usos tienen que cambiar. Ahora se extraen muy pocos pies de sabina albar para leña y construcción tradicional, y entre sus aprovechamientos forestales actuales destacan su uso cinegético, recreativo y educativo. Sin olvidar su principal función: albergar una gran diversidad de flora y fauna a través del tiempo.

PERFÍL DE LA SABINA ALBAR

- Características: La sabina albar es una conífera longeva. Los individuos adultos presentan una altura de entre cuatro y trece metros y prolongan su vida durante más de 300 años, aunque pueden vivir más de 500 años.

- Reproducción: Es una especie dioica, con pies masculinos y femeninos independientes, los primeros sólo producen polen, y las segundas, unas estructuras parecidas a un fruto que en el caso de las sabinas se llaman gálbulos. Además es una especie vecera: se reproduce poco o nada durante varios años para luego concentrar la reproducción en un solo año, de forma sincrónica entre todos los individuos de la población, produciendo miles de frutos por árbol de una sola vez.

- Distribución: Los bosques se extienden desde los Alpes italianos y franceses hasta el centro de Argelia, con una pequeña representación en la isla de Córcega (Francia). Pero el grueso de las masas de sabina se hallan situadas en la mitad este de España y en el norte de Marruecos.

- Hábitat: Juniperus thurifera ocupa, por regla general, espacios de montaña, en un rango altitudinal que abarca desde los excepcionales 140 metros de algunas localidades españolas a los 3.400 metros del Alto Atlas marroquí.

- Tipos: Desde una perspectiva fitoecológica es posible distinguir cuatro tipos básicos de sabinares: sabinares de páramos, sabinares termófilos, sabinares acidófilos y sabinares cantábricos.

- Amenazas: La ausencia de ganadería extensiva, la presencia de especies competidoras, la difícil regeneración natural y sexual, y su lento crecimiento destacan entre sus principales amenazas